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Dolor nocturno

Dolor nocturno

Cuando sientes dolor, puede ser difícil concentrarse en otra cosa. Incluso dormir. El dolor es una de las causas más comunes de sueño interrumpido y no reparador. El dolor nocturno tiene muchas causas fundamentales. En algunos casos, la lesión puede causar un dolor temporal que interfiere con el sueño.

"El dolor es una de las causas más comunes de sueño interrumpido y no reparador"

Las condiciones médicas que involucran dolor musculoesquelético crónico incluyen artritis y síndrome de fatiga crónica. Los pacientes que padecen estas afecciones tienen más probabilidades de tener problemas para dormir que la población general.

Para muchas personas, el dolor nocturno es el resultado de dolores y molestias por el esfuerzo diario. El dolor de cuello y la lumbalgia son dos de las quejas más frecuentes de los pacientes que tienen dificultad para dormir. El dolor lumbar afecta a más de las tres cuartas partes de los adultos en algún momento de sus vidas.

Las estimaciones sugieren que, en un momento dado, entre el 20 y el 30 por ciento de los adultos en los EE. UU. pueden sufrir dolor lumbar, y las tasas de dolor lumbar van en aumento. La investigación confirma lo que muchos de nosotros sabemos por experiencia: este tipo de dolor puede dificultar el sueño.

¿Qué hay detrás de esta conexión sueño-dolor? Cuando el cuerpo experimenta dolor, la conciencia se intensifica. Cuando el dolor nocturno está presente, se vuelve difícil relajar la mente y el cuerpo en preparación para una noche de descanso. En cambio, te enfocas y estás alerta ante tu dolor e incomodidad. Pronto sigue la ansiedad por tu dolor y por tu incapacidad para dormir. El cerebro aprende rápidamente a asociar la ansiedad con el dolor. En poco tiempo, estas dos condiciones, el dolor y la ansiedad, se alimentan mutuamente en un ciclo frustrante que priva del sueño.

"Cuando el cuerpo experimenta dolor, la conciencia se intensifica"

El dolor nocturno disminuye tanto la cantidad como la calidad del sueño. Y el insomnio priva a tu cuerpo de un período de descanso que es fundamental para curarte. El sueño es fundamental para la recuperación física, ya sea de una lesión, enfermedad o actividad diaria.

El sueño también es esencial para la salud mental y emocional. La falta de sueño nos hace más reactivos ante situaciones estresantes y emocionalmente cargadas. El dolor crea más que malestar físico; también puede ser mental y emocionalmente agotador. La falta de sueño dificulta la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo y también hace que estemos menos preparados para hacer frente a las consecuencias mentales y emocionales del dolor.

La falta de sueño hace más que retrasar el proceso de curación y dejarte más susceptible a los sentimientos de frustración asociados con el dolor. No dormir lo suficiente puede empeorar el dolor. Las investigaciones indican que la falta de sueño reduce los umbrales del dolor, haciéndote más sensible al dolor físico.

La falta de sueño también se asocia con niveles elevados de inflamación en el cuerpo, lo que exacerba la sensibilidad al dolor. Incluso entre las personas que no tienen dolor crónico o agudo, una pequeña cantidad de pérdida de sueño puede provocar esta mayor sensibilidad al dolor.

¿Las buenas noticias? Descansar lo suficiente y asegurarte de tener un sueño reparador de alta calidad ayuda a disminuir la sensibilidad al dolor. Avances recientes en la ciencia sugieren que extender los períodos de sueño puede elevar nuestros umbrales para el dolor y reducir la sensibilidad al dolor. Atender el dolor es una parte importante para proteger tu sueño.

Consulta a tu médico si tienes dolor que te mantenga despierto de forma habitual.

Michael J. Breus, Ph. D., es Psicólogo Clínico con especialidad en trastornos del sueño. Es el autor de The Sleep Doctor's Diet Plan: Lose Weight Through Better Sleep (Rodale Books; May 2011) and BEAUTY SLEEP: Look Younger, Lose Weight, and Feel Great Through Better Sleep.